Restauración de un antiguo convento fundado en el siglo XIII como edificio municipal de servicios.
En este proyecto se remodeló un antiguo convento para convertirlo en un espacio de servicios para la ciudad. Aquí el alabastro cumple una doble función: de pared no estructural y ventanales.
Insertado en lamas de hormigón, el alabastro está tratado para una perfecta conservación a la intemperie y se colocó con elementos adhesivos especiales, tanto para la sujeción estructural como para la unión vertical de las piezas intermedias. Estas juntas soportan una diferencia térmica desde -30° hasta 180° sin alteraciones.
En las paredes, la disposición del material está concebida en piezas cuadrangulares de la misma altura, pero de distintas longitudes, dando un toque heterogéneo a las líneas horizontales. Los ventanales conservan un toque más tradicional, ya que se asemejan a las vidrieras o rosetones de los templos y ayudan a pasar la luz a los muros del edificio.