Mobiliario para un hotel balneario histórico sobre el lago Constanza alineado con un entorno de paz y bienestar.
Los orígenes del Hotel Spa Bad Horn se remontan a 1827, cuando se levantó como sanatorio que visitaban frecuentemente huéspedes alemanes. El agua de tratamiento era rica en minerales como el hierro y el azufre y se alternaban con las del lago. Sin embargo, el Hotel Bad Horn también era un reclamo con fines de entretenimiento. Sus más recientes reformas han recuperado esa oferta multifacética del hotel, con énfasis en el bienestar. El hotel se despliega en 1.500 m², áreas comunes y 71 habitaciones de acabados marítimos en caoba y latón. Muchas de ellas tienen vistas al lago de Constanza. El escenario y el confort de la colección Manuel Larraga son la combinación perfecta para sentir la paz de un lugar extraordinario.
